lunes, 14 de noviembre de 2011

Las Tics y sus desventajas
El lenguaje ha ido evolucionando a lo largo del tiempo. Primero fue la escritura, después la imprenta y actualmente las nuevas tecnologías. Los avances realizados no siempre son buenos. Muchas personas de nuestra sociedad actual está de acuerdo y le es fácil avanzar en su inserción pero hay gente que se empeña en resaltar sus aspectos negativos
Gracias a la evolución tenemos información sobre cualquier cosa y tipo en un tiempo record. A través de las páginas web de los medios de comunicación, sabemos lo que pasa en tiempo real en el mundo y podemos conectarnos con cualquier amigo sin importar el sitio donde nos encontremos.
No podemos olvidar que todos estos servicios, tan importantes, consigue que nos acomodemos en nuestros trabajos, creando una sociedad a la que ya no le importa la eficacia ni el esfuerzo sino la productividad. Esto provoca dejar de lado el encanto que un momento determinado tenía tomar un café con una amiga o mandar una carta el que estaba lejos.
La relación personal se hace cada vez más fría y distante, consiguiendo que la gente no aprecie otros valores, y es más se ha perdido esa comunicación no verbal; gestos, maneras, posturas y miradas, que tanta información nos aporta de la otra persona.
A pesar de todo esto, la tecnología es un futuro-presente al que nos tenemos que acostumbrar y al que debemos recurrir para nuestra formación, siempre positivamente
Nadie duda de la importancia de las TIC en todos los ámbitos de nuestra sociedad. Nadie duda por tanto, de la necesidad de la extensión de las nuevas tecnologías al ámbito escolar. Éstas pueden suministrar medios para la mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje, para la gestión de los centros educativos y para la comunicación con las familias.

Pero la mera presencia de un ordenador conectado a Internet en clase no garantiza un adecuado aprovechamiento del mismo, pese a que sus posibilidades sean infinitas. Partamos de la premisa de que las TIC no tienen efectos mágicos sobre el aprendizaje, ni generan automáticamente nuevos saberes. La ventaja es, sin duda, la motivación que supone al alumnado la utilización de un
instrumento atractivo y a veces con componentes lúdicos. Esta motivación se convierte en uno de los motores del aprendizaje, despertando el interés del alumnado por ampliar sus conocimientos.

Un mal uso de Internet en clase puede derivar en distracciones y dispersión del alumnado que a veces se dedica a jugar en vez de trabajar. Ello es debido a que la navegación por los atractivos espacios de Internet, inclina a desviarse de los objetivos de su búsqueda. Se pierde entonces mucho tiempo en realizar las tareas y se divaga.
- Por este motivo, para no perder tiempo el profesor ha de planificar escupulosamente las clases: tareas, tiempos, agrupamientos, proceso de trabajo… y evitar así la improvisación en el aula.
- Además hemos de contar con el hecho de que no todos los alumnos saben buscar con criterio en Internet…el exceso de información disponible, su dispersión y presentación atomizada, falta de método en la búsqueda...pueden provocar una sensación de desbordamiento que bloquee el trabajo intelectual.
- A ello hemos de sumar el hecho de que circulan por Internet informaciones no fiables y de escasa calidad, por ser éstas parciales, superficiales, equivocadas, obsoletas o descontextualizadas. Por ello es preciso enseñar al alumno a seleccionar con criterio la información y a filtrar las fuentes fiables.
- La avalancha de información escrita sobre miles de temas puede desarrollar en el alumno la ley del mínimo esfuerzo. Acostumbrados a la inmediatez, los alumnos se resisten a emplear el tiempo necesario para consolidar los aprendizajes, y confunden el conocimiento con la acumulación de datos. Por otra parte en Internet pueden encontrarse muchos trabajos que los alumnos pueden simplemente copiar para entregar al profesor como propios. De esta forma se destruye la creatividad y se esfuerzan poco en cultivar la expresión escrita, la articulación del discurso coherente, del que tanto adolecen los alumnos.
Pero no todos los malos usos de Internet en el aula deben achacarse al alumnado. En muchas ocasiones la raíz está en el profesorado, que a veces éste no dispone delos conocimientos adecuados sobre los sistemas informáticos y sobre cómo aprovechar los recursos educativos disponibles. Esto aumenta su estrés. Es la llamada "tecnofobia” y debe constar que este miedo no solo afecta a los docentes de mayor edad, sino a los más jóvenes, a los que se supone más flexibles y con mayor contacto con las nuevas tecnologías.


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